domingo, 13 de agosto de 2017

'Ozark': el nuevo 'Breaking bad'

    
     'Ozark' es una serie imprescindible, en la línea de esa obra maestra llamada 'Breaking bad'. Los dos últimos capítulos de la primera temporada son de órdago, insuperables. Unen material de la magnífica historia del profesor Heisenberg con instantáneas más propias de 'Uno de los nuestros'.

     'Ozark' se vive al límite, se te mete bajo la piel y te hace temblar de miedo, sentimiento y asco. La historia es muy buena. Original y repleta de fuerza. Lo que es capaz de hacer el contable-asesor Marty Byrde (un buenísimo Jason Bateman) por salvar la vida de su familia y la suya propia es bestial.

    No en vano, pasa de ángel a demonio, como si fuera el protagonista de 'Perros de paja' en versión calmada.

     La mafia enturbia la pacífica vida de una familia media-alta estadounidense por culpa del socio de Byrde. A partir de ahí, y de unos momentos más propios de 'Los Soprano', el contable, su mujer (una genial Laura Linney) y sus hijos emigrarán para cumplir con unas órdenes al límite. Si no las logran, serán torturados y ajusticiados.
   
     En el pueblo de la América rural al que se mudan desde Chicago ocurrirán varias subtramas a cada cual más envolvente, misteriosa y trepidante.

    Es una serie dura, que emociona, hace pensar y te pone del lado de alguien que no es tan bueno como aparenta... o sí lo es, pero las circunstancias lo transforman en una bestia parda.
   
       Un tipo intentando sobrevivir entre varios fuegos. Ojo a su hijo, al propietario de la casa en la que viven, a su socia, al FBI, a los macarras del pueblo y a la familia rural que cultiva amapola. Terroríficamente malos hasta decir basta!

    Imprescindible. Brutal. Hay que verla, sí o sí. Espero con ansia la segunda temporada.

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